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¿Qué es la ciberhigiene y para qué sirve?

Escrito por Daniela Quintana Mares | 19 mar 2024

La ciberhigiene o higiene cibernética, es un concepto en el que las empresas deben fijar buena parte de su atención, pues es a partir de ella que podrán generar mejores prácticas para proteger la confidencialidad de sus datos sensibles.

En el presente, la gran mayoría de los datos están almacenados en el espacio digital por lo que proteger las redes y sistemas es imprescindible.

En esta nota podrás descubrir las cualidades de la ciberhigiene y conocerás para que sirve.

¿Qué es la ciberhigiene?

Es importante aclarar que la ciberhigiene, como la higiene personal, requiere atención regular, pues si llega a descuidarse o abandonarse, las consecuencias pueden ser catastróficas.

La ciberhigiene es en sí misma una rutina que se encarga de cuidar la salud y seguridad de los sistemas informáticos para prevenir enfermedades, que en este caso se verían como transgresiones a la ciberseguridad.

Cuando una organización implementa herramientas de ciberseguridad en su sistema debe incorporar hábitos, que incluyan capacitaciones y políticas tanto para los encargados de la seguridad como para todos los usuarios de la compañía, que concienticen al personal sobre sus propias prácticas para que puedan evaluar si son seguras.

¿Para qué sirve la ciberhigiene y por qué es importante?

Implementar ciberhigiene en las empresas puede ser de gran utilidad para hacer frente a los ciberataques y a los problemas de seguridad en línea.

En un mundo digitalizado, las violaciones de seguridad y el robo de información son más comunes de lo que nos gustaría admitir, es por eso que es importante mantener constante el rendimiento de nuestros sistemas y cuidar la seguridad de los datos que yacen allí.

Poder gestionar una ciberhigiene efectiva es, definitivamente, un gran desafío. No obstante, avalamos que esta asegurará la disponibilidad e integridad de las empresas y sus activos, y así mismo prevendrá cualquier tipo de obstrucción a su funcionamiento.

Tener una ciberhigiene deficiente es una vulnerabilidad que los atacantes, sin duda aprovecharán. Pero, ¿quiénes son estos delincuentes cibernéticos y cómo operan? Te lo contamos a continuación.

Los atacantes cibernéticos

Los crackers o delincuentes cibernéticos, son hackers que usan sus vastos conocimientos en informática para ejecutar acciones maliciosas. La mayoría de ellos persiguen objetivos económicos, aunque otros más tienen intereses de simplemente dañar a terceros.

Los atacantes cibernéticos operan a través del engaño, la intrusión o la interferencia de servicios y el secuestro o robo de datos, y utilizan el miedo y las amenazas para lograr sus cometidos.

El descuido de la ciberhigiene puede traer como consecuencia violaciones a la seguridad y pérdida de los datos, más adelante revisaremos cómo cuidarla, por ahora conozcamos a qué tipo de amenazas te enfrentas cuando estás ciberexpuesto.

  • Malware

El malware es un software que se dedica a causar daño y deshabilitar a los sistemas para que el intruso pueda acceder a la información.

Existen diferentes tipos, y de ellos siguen generándose variantes, pero entre los más comunes puedes encontrar los adwares, botnets, spywares, virus y el famoso ransomware que explicaremos enseguida.

  • Ransomware

Este tipo de malware hace que los datos y sistemas se vuelvan inaccesibles para la víctima hasta que ésta pague el rescate (ransom), y pueden provenir de enlaces maliciosos contenidos en correos electrónicos.

Lo peor del ransomware es que, aún si pagas lo solicitado, no se tiene la certeza de que el delincuente vaya a devolver el control de tu hardware o software.

  • Ciberataques físicos

Los ataques físicos afectan al hardware, es decir a los almacenadores y dispositivos físicos, y comprometen a los sistemas digitales.

Estos ciberataques pueden ocurrir, por ejemplo, si una memoria USB es introducida en una laptop y la infecta. Su gran desventaja es que son realmente difíciles de combatir

  • Ingeniería social

La ingeniería social es una táctica cibercriminal para engañar a los usuarios, a través del uso de información que aparenta ser fidedigna.

Los atacantes de esta índole utilizan las variantes de la ingeniería social para sus malas intenciones, pero la que resalta del resto es el phishing.

  • Phishing

Hacer phishing consiste básicamente en enviar correos electrónicos, mensajes de texto o hacer llamadas telefónicas convincentes que manipulen a los usuarios para revelar información, otorgar accesos, dar clic en enlaces o hasta realizar transacciones financieras.

Los atacantes cibernéticos son capaces de descubrir todas las deficiencias de tu ciberhigiene y explotarlas para sus fines malintencionados, pero te aseguramos que si generas un plan de acción podrás reducir esa posibilidad.

Mejores claves para aplicar los estándares de la ciberhigiene

Política de ciberhigiene

Las políticas empresariales sirven como un manual para estandarizar las prácticas que se ejecutan.

En el caso de la ciberhigiene, establecer procedimientos claros en el uso de los recursos tecnológicos y de la información promoverá el cuidado y la prevención.

Todo el personal debe estar involucrado, pues se precisa de la comunicación para estar al tanto de las vulnerabilidades y gestionar los riesgos.

La política de ciberhigiene debe incluir capacitaciones, simulaciones, y promover el cumplimiento de las conductas ciberseguras para la gestión de riesgos, además de esquematizar un itinerario fijo para la monitorización de la seguridad de las redes y sistemas.

Asegúrate de crear tu política de ciberhigiene en torno al resto de las claves que exponemos a continuación.

1. Realiza tu inventario

Para poder proteger algo es necesario conocerlo, por eso el primer paso para iniciar tu estrategia de ciberhigiene es realizar una lista de inventario, y adelantando un poco, será un proceso que deberá realizarse constantemente de la mano de cada modificación. Por ejemplo, siempre que adquieran o actualicen cualquier software o hardware, tu inventario deberá ser testigo de dicho acontecimiento.

Tener un inventario al día te permitirá identificar las vulnerabilidades de tus activos, evaluar sus riesgos y hacer las correcciones oportunas para evitar entradas no deseadas en el entorno digital.

Para poder tener un mejor orden en la realización de tu inventario te recomendamos segmentar tus activos con los siguientes parámetros:

  • Tipo de activo
    • Hardware: incluye todos los sistemas físicos (computadoras, dispositivos conectados y dispositivos móviles).
    • Software: registra todas las aplicaciones y programas instalados en tus sistemas (toma en cuenta las redes).
  • Valor: Considera si el activo es crítico para las operaciones de la empresa.
  • Ubicación: ¿en dónde están los activos?
  • Modo de interacción: ¿cómo y con cuáles otros activos se relacionan?
  • Facilidad de uso

Estas categorías te ayudarán a reconocer con lo que cuentas, poder monitorearlo y mantenerlo seguro, esencialmente es la base de tu ciberhigiene, y a partir de ella podrás proceder a las siguientes acciones.

2. Evaluación de vulnerabilidades

Las vulnerabilidades son carencias en la salud de los sistemas y antes de que, a partir de ellas, pueda existir una fractura a la seguridad, es necesario evaluarlas.

Como parte de la rutina de la ciberhigiene, diariamente, se deben realizar escaneos de los activos, detectar la existencia de vulnerabilidades y evaluar el riesgo que representan para mitigarlo.

Esta evaluación tiene el objetivo de corregir los errores rápidamente, por lo que es recomendable automatizarla para que, una vez que se recaben las vulnerabilidades existentes, los administradores de TI puedan analizarlas y corregirlas.

3. Parches

Los parches son medidas que se toman, justamente, después de una evaluación de vulnerabilidades, y sirven para salvaguardar la ciberseguridad.

Cuando se encuentra una vulnerabilidad, la manera de remediarla es mediante un parche, y estos deben ser sometidos a un proceso de prueba para asegurar su efectividad y después proceder a su implementación o en su defecto, reversión.

Para optimizar tu aplicación de parches toma en cuenta si las vulnerabilidades son críticas o no críticas, a partir de allí determina su importancia y prioriza.

4. Actualizaciones

Un aspecto clave para cuidar la ciberhigiene es evitar la obsolescencia de nuestros sistemas y programas informáticos.

Actualizar el software y el hardware es parte de las revisiones higiénicas que tienes que hacer habitualmente.

Es conveniente eliminar hardware antiguo problemático que rebaje el rendimiento, y actualizarlo para evitar que los atacantes aprovechen sus fallos.

Tanto tu software operativo como el de seguridad precisan de actualizaciones rutinarias, y lo mejor del caso es que puedes automatizarlas.

5. Respaldo, copias de seguridad de datos

Aún teniendo las mejores herramientas de ciberseguridad, el riesgo no deja de existir. Tener un plan de ciberhigiene no significa que estarás eximido de que pueda suceder un ciberataque a tus sistemas.

Lo que sí hace, es que estés prevenido y cuentes con un respaldo que evite, en la medida de lo posible, la pérdidas ocasionadas por ataques o incluso las provocadas por fallos en el software o hardware.

Respaldar tus datos generando copias de seguridad de los archivos permite que, en caso de sufrir un incidente, la continuidad del negocio no se vea mermada.

Por ejemplo, si llegas a ser atacado con ransomware y el cracker bloquea tu acceso a los datos, tus operaciones podrían continuar gracias a tu copia de seguridad.

Asumiendo lo anterior: debes realizar copias de seguridad de aquello que se precise para la operatividad, y esto incluye el respaldo de aplicaciones, no solo de datos.

Para mejorar tu proceso de respaldo toma en cuenta establecer un recordatorio para realizar las copias de seguridad de forma semanal, encriptarlas, almacenarlas en sitios locales y externos, y verificar su funcionalidad.

6. Contraseñas seguras

Dentro de las políticas de ciberhigiene, uno de los aspectos más importantes a tratar es la rigurosidad en la creación de contraseñas seguras.

Utilizar contraseñas inseguras ayuda a los criminales informáticos a adivinarlas con más facilidad y acceder a los sistemas operativos de las empresas sin dificultad.  

La política de contraseñas debe incluir las siguientes obligaciones:

  • No reutilizar contraseñas para diferentes cuentas o dispositivos.
  • Incluir letras minúsculas, mayúsculas, números y caracteres especiales.
  • La longitud de la contraseña no debe ser menor a 12 caracteres.
  • Servirse del administrador de contraseñas para obtener claves fuertes y complejas que permanezcan almacenadas.
  • Restablecer las contraseñas regularmente.
  • Evitar lo obvio o genérico (ej. nombres y fechas de nacimiento).
  • No compartir contraseñas propias con terceros.

7. Autenticación multifactor

Las contraseñas seguras deben estar respaldadas por una autenticación multifactor, o por sus siglas (MFA).

MFA es una rectificación para que el sistema se asegure de que quien desea acceder sea el dueño fidedigno de la cuenta o dispositivo, es decir que se encarga de confirmar su identidad para iniciar sesión.

La autenticación multifactor o multifactorial protege a los activos en línea y brinda confiabilidad de acceso a los usuarios y por consiguiente a las empresas donde laboran.

Como elemento adicional a la autenticación por contraseña, la MFA habilita códigos de respaldo, verificaciones por correo electrónico o teléfono, y datos biométricos (faciales y dactilares) para brindar a los empleados una experiencia positiva y más segura.

8. Confianza Cero

La comunicación empresarial requiere de inmediatez para incrementar la productividad, sin embargo en ocasiones resulta necesario detenernos a analizar la seguridad de la misma como parte del cuidado de nuestra ciberhigiene.

El correo electrónico es el principal medio de comunicación de los negocios pues es un canal seguro y formal. Sin embargo, si revisamos a los atacantes que expusimos anteriormente resulta ser que también es el medio preferido de los phishers para atacar.

La política del correo electrónico debe atender a la confianza cero, es necesario instruir a los colaboradores para desconfiar de todos los correos que reciban y verificar su veracidad.

La ingeniería social aplicará artimañas para que los empleados de tu empresa abran correos sospechosos, den clic en enlaces inseguros, contesten mensajes de dudosa procedencia, caigan en anuncios prometedores y descarguen aplicaciones de fuentes no acreditadas, para realizar sus fraudes.

Es por eso que resulta necesario habituar la evaluación de la situación antes de hacer clic, y adoptar esta práctica como parte de sus políticas.

9. Redes y dispositivos privados

La privacidad de tus dispositivos y redes es fundamental para mantener una buena higiene cibernética.

En lo que respecta a tus dispositivos, recomendamos el bloqueo. Lo cual quiere decir que utilices una contraseña o PIN para acceder a ellos, pero también que impidas su acceso en momentos de desuso.

Por ejemplo, si estás trabajando en tu computadora y se te antoja un café, actividad que te llevaría máximo 5 minutos, probablemente solo dejarás tu pantalla abierta y te apresurarás, pero no puedes imaginar lo peligroso que eso puede llegar a ser. Bloquea tu computadora siempre que no estés cerca de ella.

Por otro lado, el cuidado de la privacidad de tus redes se dirige principalmente a no conectarte a redes públicas y priorizar el uso de redes privadas virtuales (VPN) para una conexión segura.

Las VPN proporcionan protocolos de cifrado de datos y ubicación, lo cual impide el rastreo y previene de ciberataques.

Si en una situación extraordinaria tomas la mala decisión de utilizar Wi-Fi público o este se conecta automáticamente (desactivar esta función), no reveles información privada durante su uso.

10. Implementación de ciberseguridad 

La ciberseguridad y la ciberhigiene se complementan mutuamente, para tener ciberseguridad es necesario implementar la costumbre de la ciberhigiene y para contar con ciberhigiene es importante auditar los elementos de ciberseguridad.

Antimalware: firewalls y antivirus

Es preferible que el software del antivirus y los firewalls se encuentren disponibles en cada sistema pues estos los protegen de las potenciales amenazas.

Además de sus funciones de protección también analizan, detectan, alertan y eliminan los software maliciosos.

Como parte de tu plan de ciberhigiene debes acudir a la actualización frecuente de tus antivirus y firewalls para que estos funcionen correcta y efectivamente contra las amenazas cibernéticas contemporáneas.

Identificación de ataques

Como bien dijimos más arriba en la nota, la ciberhigiene ayuda a prevenir los ciberataques, no a evitarlos.

Dentro de tus políticas debes asignar a los responsables de identificar cualquier posible intrusión a los sistemas y definir sus roles, dentro del equipo de TI y ciberseguridad, para responder rápidamente ante los incidentes.

Tener preparación para un ataque les ayudará a contenerlo, erradicarlo y recuperarse, sin un tiempo de interrupción dañino, dándole pronta solución al problema.

La ciberhigiene es una práctica interna esencial que implica la supervisión constante, registro, análisis e informes sobre la salud de los sistemas digitales en las empresas. Esta rutina proporciona una visión completa de la situación de la infraestructura digital y conduce a que las operaciones se puedan aplicar óptimamente.

Para garantizar la continuidad y funcionalidad en tu organización, es crucial aplicar las 10 claves de ciberhigiene que hemos explorado. Estas claves actúan como un escudo contra las amenazas en línea, protegiendo eficazmente tus recursos informáticos y permitiendo que tu empresa pueda permanecer conectada en el ciberespacio fuera de peligro.

La interconexión digital exige responsabilidad. Ahora que posees estos conocimientos, es el momento de integrar los estándares de ciberhigiene en tu estrategia de ciberseguridad. Al hacerlo, fortalecerás la resiliencia de tu organización, creando un entorno digital seguro y protegido frente a las amenazas cibernéticas en constante evolución.